Toda la razón con lo que comentas. La Universidad, tal y como está montada, favorece a quienes trabajan de forma endogámica y poco abierta. Resulta curioso que, desde donde debería emanar la investigación educativa, la misma se vea lastrada por la necesidad de publicación en revistas de “impacto” o la realización de investigaciones nicho (donde sólo el grupo de trabajo sabe de lo que se está investigando). Falta comunicación y no toda la culpa es de los docentes. Es la propia estructura y funcionamiento del entramado universitario lo que frena lo anterior.
Un gran saludo de vuelta.